Zapotal Community Homestay & Cultural Experience

En las montañas de Costa Rica hay una pequeña aldea con menos de 60 habitantes. Inmerso en el bosque nuboso, Zapotal es un verdadero ejemplo de vida tradicional de pueblo, con varias generaciones de una familia conviviendo en humildes hogares. Tradicionalmente, sus habitantes dependían de la ganadería y la agricultura. Más recientemente, se han centrado en el turismo. Ahora hay restaurantes con comida tradicional, ¡e incluso una pizzería! Las casas de familia acogen a los viajeros, que también pueden visitar el molino de azúcar, una antigua fábrica de queso y un vivero para aprender sobre las plantas y los árboles. En la última década, el turismo ha crecido tanto que casi todos los habitantes de este pequeño pueblo están relacionados con el sector de alguna manera.

Zapotal es también el hogar de Betshy, empresaria y abuela del único niño del pueblo. El verdadero nombre de Betshy es Betty. A lo largo de los años, acogiendo a más de cien voluntarios y haciendo nuevos amigos en todo el mundo, el nombre de "Betshy" se le quedó grabado. En 2009, abrió la primera casa de huéspedes e invitó a su comunidad a trabajar con ella. De inmediato, Betshy se convirtió en una "incubadora" de la industria turística en Zapotal, y casi todas las personas relacionadas con el turismo han pasado por sus puertas en algún momento. Betshy fue seleccionada por el Banco Nacional de Costa Rica para convertirse en el rostro de su campaña de marketing, concediendo préstamos a empresarios emergentes, especialmente mujeres empresarias. Apareció en los carteles de las paradas de autobús de Puntarenas como representante del empoderamiento y el bienestar femeninos. Hace poco, remodeló su casa para añadir una cocina espaciosa para que los viajeros pudieran tomar clases de cocina. Por desgracia, los problemas financieros han hecho que, irónicamente, Betshy tenga ahora problemas para devolver uno de los préstamos de los que era defensora. Zapotal solía recibir al menos seis grupos de viajeros al año, pero debido a la pandemia ahora tiene menos de una docena de visitantes. Betshy está deseando enseñar su flamante cocina, pero no ha tenido ocasión. El impulso que el pueblo obtuvo del turismo ha llegado a un punto muerto y están sintiendo las consecuencias económicas. Todos en Zapotal están dispuestos a recibir de nuevo a los visitantes para compartir su energía y el amor por su pueblo. Aunque esté más tranquilo, Betshy sigue siendo un valioso pilar de esta comunidad.

Afortunadamente, Betshy tiene muchos proyectos en marcha, incluida una granja educativa a la que dedica casi todo su tiempo extra. Allí cuida de sus vacas y cerdos, habla con sus plantas y flores, y pesca tilapias en su laguna. Como todo el mundo en Zapotal, tiene mucho que compartir, y está esperando a que vuelvan las visitas para invitarlas a entrar y cocinar con ella en su preciosa cocina.