Gastronomic and Cultural Experience with Mucuyche Women

Alicia vive en un pueblecito de las afueras de Mérida con su marido, sus dos hijas y su familia en una casita de bahareque, una mezcla de arcilla, arena y paja. Dentro hay una cocina sencilla y un salón con hamacas, donde toda la familia duerme por la noche. Fuera, en el jardín, la familia cría gallinas, cabras y cerdos. En 2017, Alicia unió fuerzas con otras mujeres mucuyches para crear la Experiencia Gastronómica y Cultural, un proyecto comunitario que permite a los turistas conectar con los lugareños. Y mientras otras mujeres y sus familias se encargan de cuidar a los huéspedes a la hora de preparar las comidas y de ir a nadar al cenote local, Alicia se encarga del taller de fabricación de hamacas. Alicia es una persona tímida y tranquila. Este fue su primer trabajo -una rareza en esta zona deprimida económicamente- y es un trabajo que, gracias a la cooperativa de mujeres Mucuyche, pudo crearse por sí misma. No dejó que su falta de experiencia, ni ninguna otra cosa, la frenara. Y tras su formación inicial, y con mucha práctica, Alicia fue capaz de impartir con confianza una experiencia de taller única que es a la vez muy divertida para los viajeros y una gran oportunidad para conectar con los miembros locales de la comunidad.

Con la participación de V Social, el taller de fabricación de hamacas pasó de ser un mero concepto a convertirse en el corazón de la experiencia de la comunidad de Mucuyche. Además de proporcionar formación, ha ayudado a Alicia a encontrar su propia voz y a convertir su idea en una experiencia turística viable.

Al principio, Alicia no contaba a la gente que su hija estaba gravemente enferma. Fue gracias a la venta de hamacas y al apoyo de la cooperativa de mujeres de Mucuyche que finalmente pudo pagar el tratamiento que su hija necesitaba desesperadamente.

Mientras que los hombres suelen gastar entre el 30% y el 40% de sus ingresos en sus familias, para las mujeres trabajadoras es más probable que sea alrededor del 90%. La diferencia es enorme. El efecto dominó en la familia y la comunidad es significativamente mayor, con mayores oportunidades de educación para hijos e hijas, y más inversión en un mejor nivel de vida. Estas mujeres son también modelos para la siguiente generación, ya que animan a otras a superar las barreras de género, a ganarse la vida y a ser independientes, incluso en una comunidad rural como Mucuyche.

Para Alicia, y para todas las demás mujeres de la cooperativa, la Experiencia Gastronómica y Cultural de las Mujeres de Mucuyche ofrece la oportunidad de mejorar sus conocimientos, su independencia y su liderazgo. Les ha dado una voz que, a medida que la cooperativa se fortalece, se hace cada vez más fuerte.